En nuevo capítulo del libro de María
Acaso, el punto de inflexión que se hace es que siempre se dice en la escuela
que hay que ser democráticos en todos los sentidos y esto es un aspecto que en
verdad no se cumple, ya que hay una gruesa línea entre los profesores y los
alumnos, una línea que separa el orden y la obediencia, línea que hay que
borrar si queremos el cambio, un cambio en el que el colegio sea una comunidad entre cuerpo docente y alumnado.
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